
El sobredimensionado parque español de
centrales de ciclo combinado, formado por 49 grupos, apenas encuentra
hueco para entrar en el sistema eléctrico español debido al recorte de
la demanda, la preferencia de las renovables y el bajo precio
internacional del carbón. En 2014 su producción se redujo el 12% y sólo
cubre el 8% de la demanda eléctrica peninsular a pesar de contar con
casi el 25% de la potencia instalada, con más de 27.000 megavatios. El
exceso de capacidad habría sido mayor si todos los proyectos de
centrales se hubieran ejecutado.