Hoy comienza a debatirse en el Senado la Ley
de Aprobación de Medidas Urgentes para el crecimiento, la competitividad
y la eficiencia que procede del RDL 8/2014 de 4 de julio, una especie de Ley ómnibus promovida por el Gobierno y que ya ha pasado su primera tramitación en el Congreso.
El Ejecutivo, a petición del Ministerio de Industria y Energía, ha colado una enmienda, que habrá de ser tramitada esta semana en la Cámara Alta, para que las plantas regasificadoras que hay en España puedan almacenar Gas Natural Licuado (GNL) que llegue en barcos para luego ser recargados en otros buques con dirección a su destino final.
En España hay siete plantas, cinco de ellas propiedad de Enagás, una de Reganosa (La Coruña) y otra de Saggas (Sagunto), dedicadas a recibir GNL y regasificarlo para su uso posterior. Pero hasta ahora no estaban habilitadas legalmente para poder almacenar el GNL de compañías internacionales sin necesidad de regasificarlo, algo que ya pueden hacer otras plantas de este tipo en el Reino Unido o Bélgica, entre otros. Posteriormente, cuando ese GNL encuentre comprador, la planta le presta el servicio de recarga al buque que lo transportará al destino, de forma que el operador cobra por almacenar y por recargar la preciada materia prima.
La norma que ahora introduce el Ejecutivo permitirá que esto se pueda hacer, sentando la bases para convertir a España en un hub, un centro logístico de gas natural de referencia para toda Europa.
El artículo 60 de la Ley, en su apartado 6, dice: "por orden del Ministro de Industria, Energía y Turismo, previo Acuerdo de la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos e informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, se podrá establecer, tras solicitud del titular de la planta de regasificación, un régimen económico singular y de carácter temporal para la prestación de servicios logísticos de GNL. Estos servicios deberán ser prestados bajo contratos a largo plazo y su objeto principal no será el acceso al sistema gasista español para suministro de la demanda nacional. Este régimen singular y de carácter temporal será efectivo durante el periodo de vigencia del contrato a largo plazo”.
Según las fuentes consultadas, este negocio en ciernes a nivel mundial permitirá elevar los ingresos de los operadores de las regasificadoras en España, lo que además contribuirá a reducir el déficit del sector, que está asimilando la reforma del gas recién aprobada por el Ejecutivo.
Pero además, la norma responde a un movimiento estratégico de Industria para tratar de posicionar a España como alternativa a Rusia como suministrador de gas hacia Europa.
Los expertos consultados señalan tres factores que motivan el cambio normativo: que la Península Ibérica pueda jugar el papel de proveedor directo de gas a los países del centro y norte del Viejo Continente, en pleno conflicto entre Rusia y Ucrania, y cuando nos encaminamos hacia un nuevo invierno, que podría ser dramático si se mantienen las hostilidades entre los dos países.
Y en tercer lugar, responde al creciente interés por el GNL mundial de países hasta ahora muy focalizados en la producción energética con plantas térmicas de carbón como China, Japón (que se ha quedado sin energía nuclear), India, Singapur y Corea del Sur, entre otros gigantes económicos.
Ya hay compañías que se han interesado por poder almacenar su GNL en las plantas españolas, como el gigante Qatar Gas, la brasileña Petrobras o el gigante ruso Novatek. La primera de ellas, el grupo estatal del emirato, ya lo está haciendo en el Reino Unido.
En España, Enagás ya ha realizado la primera recarga de GNL en su planta de Barcelona, en la que ya ha realizado las inversiones necesarias para prestar este tipo de servicios.
Enagás, Reganosa y Saggas tendrán ahora que acondicionar todas sus plantas para atender un negocio aún incipiente, pero que va camino de convertirse en una tendencia a nivel mundial, máxime cuando el transporte por mar se ve menos influenciado por los problemas geopolíticos que el que se realiza a través de gasoductos, lo que da mayores garantías de suministro.
La propia Rusia, ante los problemas con Ucrania, está sondeando a otros países europeos para mandar su GNL por barco y poder almacenarlo, señalan las fuentes consultadas.
El Ejecutivo, a petición del Ministerio de Industria y Energía, ha colado una enmienda, que habrá de ser tramitada esta semana en la Cámara Alta, para que las plantas regasificadoras que hay en España puedan almacenar Gas Natural Licuado (GNL) que llegue en barcos para luego ser recargados en otros buques con dirección a su destino final.
En España hay siete plantas, cinco de ellas propiedad de Enagás, una de Reganosa (La Coruña) y otra de Saggas (Sagunto), dedicadas a recibir GNL y regasificarlo para su uso posterior. Pero hasta ahora no estaban habilitadas legalmente para poder almacenar el GNL de compañías internacionales sin necesidad de regasificarlo, algo que ya pueden hacer otras plantas de este tipo en el Reino Unido o Bélgica, entre otros. Posteriormente, cuando ese GNL encuentre comprador, la planta le presta el servicio de recarga al buque que lo transportará al destino, de forma que el operador cobra por almacenar y por recargar la preciada materia prima.
La norma que ahora introduce el Ejecutivo permitirá que esto se pueda hacer, sentando la bases para convertir a España en un hub, un centro logístico de gas natural de referencia para toda Europa.
El artículo 60 de la Ley, en su apartado 6, dice: "por orden del Ministro de Industria, Energía y Turismo, previo Acuerdo de la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos e informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, se podrá establecer, tras solicitud del titular de la planta de regasificación, un régimen económico singular y de carácter temporal para la prestación de servicios logísticos de GNL. Estos servicios deberán ser prestados bajo contratos a largo plazo y su objeto principal no será el acceso al sistema gasista español para suministro de la demanda nacional. Este régimen singular y de carácter temporal será efectivo durante el periodo de vigencia del contrato a largo plazo”.
La norma permitirá poner en valor la red de regasificadoras, que con la crisis y la caída del consumo energético, está operando por debajo del 30% de su capacidadCon esta medida, Industria atiende las peticiones del sector gasista, y en especial del operador y gestor del sistema Enagás, para poner en valor una de las redes de regasificadoras más importantes del mundo, pero que con la crisis económica y la fuerte caída del consumo energético está operando a niveles inferiores al 30% de su capacidad.
Según las fuentes consultadas, este negocio en ciernes a nivel mundial permitirá elevar los ingresos de los operadores de las regasificadoras en España, lo que además contribuirá a reducir el déficit del sector, que está asimilando la reforma del gas recién aprobada por el Ejecutivo.
Pero además, la norma responde a un movimiento estratégico de Industria para tratar de posicionar a España como alternativa a Rusia como suministrador de gas hacia Europa.
Los expertos consultados señalan tres factores que motivan el cambio normativo: que la Península Ibérica pueda jugar el papel de proveedor directo de gas a los países del centro y norte del Viejo Continente, en pleno conflicto entre Rusia y Ucrania, y cuando nos encaminamos hacia un nuevo invierno, que podría ser dramático si se mantienen las hostilidades entre los dos países.
La seguridad del suministro en Europa, las exportaciones de shale gas desde EEUU y la creciente demanda de GNL por parte de China, Japón o India son los factores que auguran un mayor uso y aprovechamiento de las plantas españolasEn segundo lugar, se da así respuesta a un nuevo escenario, a tenor de las exportaciones de shale gas que prevé Estados Unidos hacia el resto del planeta, y que convierte a España y a su red de plantas en puerta de entrada de ese gas no convencional hacia toda Europa.
Y en tercer lugar, responde al creciente interés por el GNL mundial de países hasta ahora muy focalizados en la producción energética con plantas térmicas de carbón como China, Japón (que se ha quedado sin energía nuclear), India, Singapur y Corea del Sur, entre otros gigantes económicos.
Ya hay compañías que se han interesado por poder almacenar su GNL en las plantas españolas, como el gigante Qatar Gas, la brasileña Petrobras o el gigante ruso Novatek. La primera de ellas, el grupo estatal del emirato, ya lo está haciendo en el Reino Unido.
En España, Enagás ya ha realizado la primera recarga de GNL en su planta de Barcelona, en la que ya ha realizado las inversiones necesarias para prestar este tipo de servicios.
Enagás, Reganosa y Saggas cobrarán a la vez por almacenar el GNL y por recargarlo posteriormente en buques, lo que redunda en más ingresos para el sistema y menos déficitEl propio texto de la enmienda introducida ya dibuja un escenario de competencia internacional. “Estos servicios, al verse afectados por la competencia internacional, podrán llevar aparejado que las condiciones de acceso a las instalaciones y los peajes y cánones para la prestación de estos servicios puedan pactarse libremente entre las partes implicadas, sujetas a los principios de objetividad y no discriminación. En cualquier caso, deberá asegurarse el principio de sostenibilidad económica y financiera en el sistema gasista, por lo que los ingresos obtenidos mediante los peajes y cánones deberán ser iguales o superiores a la retribución reconocida a la instalación. En caso de acceso al sistema gasista español para suministro de la demanda nacional, el peaje aplicado no será inferior al establecido para el resto de plantas de regasificación del sistema. En caso de que para la prestación de dichos servicios logísticos de GNL fuera necesaria la realización de nuevas inversiones, estas no serán asumidas por el sistema gasista", señala el texto.
Enagás, Reganosa y Saggas tendrán ahora que acondicionar todas sus plantas para atender un negocio aún incipiente, pero que va camino de convertirse en una tendencia a nivel mundial, máxime cuando el transporte por mar se ve menos influenciado por los problemas geopolíticos que el que se realiza a través de gasoductos, lo que da mayores garantías de suministro.
La propia Rusia, ante los problemas con Ucrania, está sondeando a otros países europeos para mandar su GNL por barco y poder almacenarlo, señalan las fuentes consultadas.