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de BBC
Grupos indígenas y defensores del medio ambiente protestaron para evitar su construcción del gran proyecto hidroeléctrico de Belo Monte en la selva amazónica. El juez federal, Ronaldo Desterro, señaló que la agencia de Medio Ambiente de Brasil (IBAMA) aprobó el proyecto sin garantizar que se cumplieran los 29 requisitos que se habían acordado. Desterro también prohibió al Banco Nacional de Desarrollo, BNDES, que continuara financiando el proyecto.
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Sin embargo, grupos indígenas y defensores del medio ambiente han llevado a cabo diversas protestas para evitar su construcción, pues aseguran que la megarepresa causaría daños a la mayor selva tropical del mundo y provocaría el desplazamiento de miles de personas.
Polémica
El juez Desterro aseguró que el asunto que más le preocupa es que la represa podía interrumpir el flujo del río Xingu, uno de los principales afluentes del Amazonas.Su decisión es la última etapa de una larga batalla legal sobre Belo Monte.
El gobierno de Brasil sostiene que el proyecto es crucial para el desarrollo del país, y que –además de crear unos 18.700 puestos de trabajo- generaría electricidad para 23 millones de hogares.
Los indígenas incluso acudieron al Congreso Nacional en Brasilia para expresar su repudio.
Durante mucho tiempo, Belo Monte generó controversia: las ofertas se detuvieron tres veces antes de que la licitación fuese otorgada a la estatal Compañía Hidroeléctrica de San Francisco.
En contra
El cantante Sting y el director de cine, James Cameron, fueron algunas de las celebridades que participaron en las campañas ambientalistas que se oponían al proyecto.Fiona Watson, experta de la organización de defensa de los pueblos indígenas Survival International, con sede en Londres, dijo a BBC Mundo hace unos días que la creación de empleos en la zona significaría "un enorme flujo migratorio a esa región, con nuevos pueblos y caminos que ejercerían una presión inmensa sobre los pueblos indígenas".
De hecho, las protestas se basaron en que los seis kilómetros de represa amenzarían a los grupos indígenas y que el proyecto dejaría a unas 50.000 personas sin hogar, debido a la inundación de 506 kilómetros cuadrados de tierras.